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sábado, 14 de febrero de 2015

El trono de hierro de Madrid, una poltrona muy apetecible





"Por mucho que valgan las ideas, no pueden prosperar en el grado que deben si sus sostenedores, y principalmente los que ocupan las primeras filas, no son enteros, serios y morales. No sólo hacen adeptos los partidos con sus doctrinas, sino con los buenos ejemplos y la recta conducta de sus hombres". (Pablo Iglesias Possé)

El PSOE de Madrid, es una casa de… mala fama, desde mucho antes de que los traidores Besteiro y Casado entregaran a miles de antifascistas madrileños a las manos sanguinarias de Franco y sus compinches. Con Pablo Iglesias Possé, gravemente enfermo y apartado de la dirección del partido, Largo Caballero y Besteiro impulsaron una política de colaboración (intervencionismo), con la dictadura de Primo de Rivera, según ellos, pasa avanzar hacia el socialismo desde dentro de las Instituciones del Estado.
Pero vamos a la actualidad: la poltrona de Madrid es muy apetecible, y muy importante para la política nacional, y siempre lo ha sido. Desde que comenzó la transición, Felipe González y Alfonso Guerra, se volcaron en las maniobras para controlar una organización que estaba muy minada por organizaciones izquierdistas, principalmente trotskistas. Ese era el caso de la agrupación socialista de Vallecas. En 1.977, la Federación Socialista Madrileña, dio un golpe de estado y “montó” otra agrupación en la calle Puerto Monasterio (la anterior estaba en los locales de “Serivent” en la calle Ascensión Bielsa). Todos los militantes tenían que inscribirse de nuevo en la nueva agrupación, y lógicamente se puso en marcha el “filtro”, salvo en el caso de las Juventudes Socialistas de Vallecas, que directamente, todos fuimos expulsados. Las actas de expulsión las entregó el “compañero” Alonso Puertas, que era secretario de organización de la FSM. Paradójicamente, tiempo después fue también expulsado y buscando un lugar dónde poner en práctica sus indudables dotes políticas, termino siendo uno de los fundadores de Izquierda Unida, esa organización que surgió, entre otras cosas, para camuflar las siglas del Partido Comunista de España, en un momento en el que por toda Europa, este tipo de organizaciones estaban desapareciendo.

Entonces comenzó una pugna por ver quien se sentaba en el sillón, que fue derivando a una polarización en dos sectores: los guerristas (Acosta, Barranco) y los renovadores (Leguina). Y así siguen. Lo que ha pasado en el PSM es una lucha por el poder, porque a pesar de que Pedro Sánchez insinúe problemas de corrupción (recordemos que Tomas Gómez no está, por el momento, imputado. Otra cosa son las responsabilidades políticas, que las tiene), lo cierto es que lo quita de en medio por: primero, sus expectativas electorales son pésimas, y segundo, Gómez ha declarado su apoyo a Susana Díaz. A esto, habría que añadir que, según publica hoy el Confidencial: “Sánchez liquidó a Tomás Gómez para frenar cualquier pacto de los barones con Podemos”.

Todos son tal para cual: Sánchez, Gómez, Díaz (atufada por varios escándalos). Da igual, hablan de democracia interna, pero retuercen los estatutos para salirse con la suya, mientras se agarran a la poltrona con uñas y dientes. Es una lucha salvaje por el poder. En “Ganar o morir”, Pablo Iglesias coordina una serie de artículos de varios autores sobre la serie de televisión “Juego de tronos”. En él, “el escenario de destrucción del orden civil y político" es fruto, entre otras cosas de "la lucha a muerte por la conquista del Trono de Hierro" Entre los lideres de PSOE no está la Khaleesi que dirija al pueblo a la libertad, ellos son los corruptos que campean a sus anchas por “Desembarco del Rey”. ¿En el PCE-IU se estará escenificando otro capitulo de Juego de Tronos?


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